Las importaciones de gas natural licuado consumen una parte importante de las emisiones de dióxido de carbono de la República Federal de Alemania.
La noticia, basada en las últimas cifras, ha sido publicada por Deutsche Umwelthilfe (DUH)
una de las asociaciones ecologistas más respetadas de la República Federal de Alemania.
Tomando como base las entregas actuales de gas natural licuado (GNL), que ocupan 7 terminales, el total asciende a 2,1 gigatoneladas. Esto significaría que Alemania utilizaría tres cuartas partes del límite de emisiones de carbono del Acuerdo de París con este proyecto.
Sin embargo, los expertos afirman que las 12 terminales previstas ya hacen inalcanzables los ya difíciles objetivos climáticos de Alemania. Anteriormente, el país había previsto eliminar progresivamente los dispositivos alimentados con gas fósil para 2043. Pero DUH advierte que los cambios actuales harán imposible el objetivo de neutralidad climática de Alemania para 2045.
El DUH lleva más de 40 años participando en la supervisión de la protección del clima y actualmente lleva varios casos contra empresas por engaño al consumidor y greenwashing.
Como recordarán, el Plan Alemán de Protección del Clima exige una reducción del 40% de las emisiones antes de la fecha límite de 2014. La mayor presión recae sobre los productores de electricidad. Sus emisiones deben reducirse a la mitad para 2030. Esto sólo puede lograrse desmantelando las centrales eléctricas de carbón.
Según un estudio encargado por el NewClimate Institute, Greenpeace, para alcanzar el objetivo de 1,5 grados, la generación de electricidad en Alemania debe ser climáticamente neutra en 2030 y debe completarse el cambio a las energías renovables, informa Deutsche Welle.
El segundo gran ámbito en el que los expertos reclaman cambios urgentes y muy rápidos es la industria. Las empresas que están a la vanguardia de las emisiones de gases de efecto invernadero pueden ofrecer los resultados que conduzcan a reducciones sustanciales. Además, las actuaciones respetuosas con el medio ambiente en el transporte, la ganadería a gran escala y la agricultura parecen ser la mejor manera de cumplir los objetivos climáticos.
Sin embargo, un problema desde el principio ha sido que el plan climático alemán ha carecido de medidas concretas de aplicación y a menudo ha sido poco más que una directriz.
Otra dificultad ha sido que, según los cálculos preliminares, se habrían necesitado medidas inmediatas y paquetes de austeridad mucho más coherentes y estrictos para lograr su aplicación. De este modo, el programa perdió gran parte del tiempo de actuación que habría permitido una transición “más amena”.
Fuente: duh.de, dw.com | Kováts Andrea